Una semana después de la esperada boda de Justin Timberlake y Jessica Biel (y no por eso dejó de pillar por sorpresa a todos), van conociéndose los detalles de la romántica ceremonia que los actores organizaron en Italia.
Según Justin, tuvo claro que le apeteció desde el principio cantar una balada a Jessica y añade divertido que, cuando vio que los señores, se ponían a llorar sólo pensó que esperaba que no fuera porque sonaba muy mal…
La boda les costó la friolera de 6,5 millones de dólares. Los vestidos de ambos subían en buena parte esa factura: biel lució un vespectacular vestido rosa de Giambattista Valli (Justin asegura que fue “la cosa más bonita que he visto”) y Timberlake un elegante esmoquin de Tom Ford.
Aunque está algo pasado de moda, Jessica ha confirmado a la prensa que cambiara su apellido de soltera por el de su ya marido, aunque sólo para su vida personal porque su nombre profesional seguirá siendo Jessica Biel y no Timberlake.
Acompañando la pareja, sólo invitaron a 100 amigos cercanos y familiares a los que desplazaron hasta el sur de Italia para el gran día. Debieron darse un buen festín, porque la pareja justifica su elección del lugar para su boda asegurando que “les encanta comer”.
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