No tengo otro título después de ver las fotos de Justin Bieber… está en el Aeropuerto de Los Ángeles, y parece que ha decidido que era mejor hacer un poco el tonto, para que le hicieran más caso del que le hacen los fotógrafos. El estilismo no tiene desperdicio, menuda catástrofe… madre de los dioses.
Mirad, por ejemplo, cómo se saca los calcetines esos tan discretos que lleva por encima del pantalón, como si fuera a montarse en una bici, ni más ni menos. Precioso, vamos, va hecho un cromito. Además, se pone un gorro de esos que tapan las orejas, como los modernos, y aunque este gorro está pensado para cuando hace mucho frío, él va en manga corta, porque ni hace frío ahí, ni nada.
Por si toda esta vestimenta de esperpento fuera poco, resulta que lo vemos pasear sonriendo, y al minuto pone cara de enfadado y se tapa la cara con las dos manos. Y no entiendo nada. ¿Está feliz o no? ¿Por qué se tapa? ¿Lo han agobiado?
Tal vez es que le dijeron algo de lo horroroso que iba con ese gorro y esos calcetines, y entonces le empezó a dar vergüencita que lo vieran, y quiso taparse. Eso sí, demasiado tarde, porque ya había un montón de fotos de sus pintas.
Selena dicen que no lo ha visto así todavía, pero que si lo ve, igual se lo piensa y lo deja. Todavía me acuerdo cuando Selena decía de él que era un bebé y que nunca podrían ser novios. En fin… un bebé sí que es, porque hace cosas de niño pequeño sin luces. Pero él es así y así hay que quererlo.
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