Si a todos nos pusieran una cámara de vídeo en el cogote, seguro que se nos escaparían miradas y gesto políticamente muy incorrectos. Ser famoso tiene esos gajes: mil cámaras te persiguen todo el día y es fácil que te pillen infraganti en un mal gesto, especialmente cuando un grupo de chicas estupendas te rodean ligeritas de ropa.
David Beckham se ha llevado a los niños a un partido de los Lakers de Pau Gasol y no ha podido reprimir miradas algo libidinosas a sus famosas animadoras. No ha sido el único: su segundo hijo Romeo parece haber salido tan aficionado a las mujeres como su papá y también se le iban los ojos.
Mientras David se divertía en el baloncesto con sus tres hijos mayores, su mujer Victoria presentaba su nueva colección de moda en Londres con mucho éxito. Con la Posh lejos, a Beckham se le ha escapado la mirada sin miedo a reprimendas de su esposa.
Beckham se presentó como siempre a la última moda: con una camiseta marrón, unos vaqueros negros y un gorro de lana verde botella que le sentaba, como todo en general, de lujo. Los niños, todos como sacados de un anuncio, parecen que se van convirtiendo en mini-Beckham.
David, aprovechando uno de los descansos estuvo charlando animadamente con la estrella de la NBA nacional, Pau Gasol, que por cierto, no será tan ‘fashion victim’ pero le saca varios palmos de altura.
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