Nuestras famosas, como mujeres en edad reproductora que están, lucen o han lucido felizmente tripita de embarazadas en más de una ocasión. Ese es el mejor momento para ellas, porque en general siempre se les dice que están guapísimas, a pesar de que engorden unos cuantos kilos y se sientan incomodísimas con tanta barrigota. Porque sí amigas, el cuerpo se deforma, pero no a todas de la misma manera.
Después de haber visto a tantas famosas en estado de buena esperanza, vamos a atrevernos a clasificar a nuestra queridas mamis según la tripilla que les sale y el estilo de futuras madres que tienen cuando salen por la calle a lucir tal dulce momento de sus vidas.
Así tenemos a las que engordan hasta casi reventar, como fue el caso de Pink, que dio veda libre a todos los antojos que quiso cuando se quedó embarazada. Ya que podía permitírselo, nada le impidió empezar a comer y comer, igual que Jennifer Garner y Tori Spelling. Esta última admite que cada vez que se queda en estado se pone como el kiko, pero como total después contratan a sus personal trainers particulares, entre las celebrities esto no es un gran problema (¿se olvidan de las antiestéticas estrías? Aunque a ellas parece que nunca les afectan…).
No todas olvidan la báscula y se dan al comer, ya que muchas saben que después tendrán que hacer un esfuerzo sobre humano para volver a estar divinas. También que algunas simplemente solamente engordan de tripita y nada más, porque así es su constitución (las tocadas por la varita mágica de la madre naturaleza bendita…). Mirad lo elegante que pudo mantener Carla Bruni su embarazo. Como si nada. Ellas son el fruto de las envidias entre el resto de pimpillas embarazadas.
Después están las que ganan aún más en belleza cuando están en estado. Así vemos a Elsa Pataky, que aunque todavía no tiene tripota, ya hemos visto que en bikini está estupenda a pesar de sus kilos de más. O Carla Goyanes, feliz como una perdiz. Estas famosas son generalmente odiadas por el resto de mujeres embarazadas que se las pasan con náuseas y vómitos. Es cierto que estar esperando un hijo da una felicidad extrema, pero de eso a mostrarlo como si nada pues… eso, genera celosos malignos (aunque las vean divinas de la muerte).
Y por último, están las que estando embarazadas muchas no se lo creen. Ya sea porque parece que se les desincha la barriga (como fue el caso de Beyoncé, aunque ya vimos que nació su Blue y que todo era una pura verdad), o lo que le pasó a Raquel Mosquera. Como la mujer estaba entrada en carnes nadie se creyó que estuviera embarazada. Aún hoy en día muchos lo siguen poniendo en duda.
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