Aunque ya haya pasado el tiempo y hemos tenido muchas evidencias de que Miranda Kerr ha recuperado el tipazo que tenía antes de dar a luz, sigue pareciendo mentira que en este cuerpo tan estupendo que luce en bikini haya entrado un niño. Sigo creyendo que parece de otro mundo.
Vale que su trabajo viene de su físico, y que si no lo mantiene divino, pierde puntos. De ahí que habrá tenido un personal trainer continuamente controlándole todo durante y después del embarazo, y habrá usado mil y una cremas que haya en el mercado contra la estrías y las marcas. Porque sino esto es inexplicable.
Si es que hasta en algunos medios dicen que su hijo parece que pesa más que él. Bromas aparte, así de bella está Miranda Kerr con su criatura de vacaciones en las playas de Sydney. El bikini elegido para ir a tomar el sol es este verde, que parece que le queda un poco grande de trasero a la modelo, porque no consigue acomodárselo bien. Al menos tiene ahí a la niñera del pequeño que le pudo echar una mano para colocárselo en su sitio. Aunque estoy seguro de que candidatos para hacerlo no le sobrarían.
Después del arreglo podemos comprobar que a Miranda le queda como un guante el bikini. La que tuvo después problemas fue su amiga, la nanny, aunque ella se lo pudo arreglar solita. Y tras ponerse correctamente la tela del traje de baño (todas sabemos que cuando no se pone en su sitio el bikini es incomodísimo), pudieron tumbarse a recibir calor del señor Lorenzo, cosa que realmente necesitan ambas, ya que están muy blanquitas.
Un apunte que veo importante aquí decir es que, aunque el cuerpazo que tiene es evidente, también resulta evidente que el escote que luce con el bikini no es el mismo que el que le vemos cuando está vestida y se pone ropa interior. Ahí nos damos cuenta de la importancia de un buen sujetador y lo buenos que son (y lo mucho que engañan) los push up de Victoria’s Secret.
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